Tres que se re-conocen uno. Que se entre-cruzan, se intuyen, se descubren, se separan e intentan… Y solo cuando son desbordados tejen “la trama de los nudos de encaje”, instalándose en un devenir que resignifica lo que encuentra a su paso más allá y más acá de las voluntades. Entonces el control muta en atención, entonces el acontecimiento escénico va cediendo su solenmidad dramática y su tensión inicial para ubicar al espectador en una grata e insospechada condición de superioridad ante los intérpretes.

Un abordaje humorístico de las instancias de producción y una mirada fresca de la in-comunicación y su más certero sentido: el de parodiar la planificación conciente en pos de las sorpresas creativas.